viernes, 17 de octubre de 2008

El viaje de los comediantes


Antes de ayer fuimos a ver El viaje de los comediantes, de Theo Angelopoulos, a quien le han dedicado en el CBA la programación de octubre. Vimos la película, una verdadera maravilla de casi cuatro horas, y luego nos quedamos al coloquio al que fue invitado el realizador. Su interlocutor, Pere Alberó, se refirió a un cine poético, oponiéndolo a otro cine más narrativo; a un cine de tiempos largos contra la vertiginosidad que se ha hecho tanto más habitual; a una estética desarrollada sin fisuras durante cuarenta años, cuyos postulados se han ido reafirmando película tras película. Y el maestro Angelopoulos contestaba, con paciencia y dulzura de abuelo, que no puede dejar de hacer lo que hace y de la manera en que lo hace; que ante el planteo de vivir o escribir, él siempre ha elegido escribir, y que finalmente su cine se ha convertido en su vida.
Los grandes artistas terminan diciéndolo con sencillez. Nosotros, agradecidos.

ER